jueves, 27 de abril de 2017

Ya ni siquiera eso.

Es verdad. Era un simple coche. Cualquiera que me oiga decir que me puse triste porque se lo llevaron tiene todo el derecho de tacharme de loca. Pero no era un coche cualquiera. Era SU coche. La última persona que lo condució fue él y siempre hablaba de lo bien que se lo pasaba al volante. 

Y hoy, sencillamente no está. Y su coche me ayudaba a tenerlo un poquito más cerca. Era mi manera particular de retenerlo a mi lado, de alguna manera... Y ahora, ya ni siquiera eso tengo... Ni siquiera un triste coche, aunque no fuera a conducirlo. Ni siquiera un solo objeto que poder retener para recordarme que él existió.

martes, 25 de abril de 2017

Echar de menos.

Es duro echar de menos a alguien, pero creo que es mucho más jodido echarse de menos a uno mismo. Esto puede resultar paradójico, así que voy a explicarlo. 

Hay veces que me pongo a mirar fotos mías de hace algunos años. Desde entonces he cambiado mucho tanto física como psíquicamente.. He crecido, he vivido muchas más cosas... En definitiva, ya no soy la misma, ni por dentro ni por fuera. ¿Y qué puedo decir de las sonrisas? Hace muchísimo tiempo que no sonrío de ese modo.

Por ello no puedo evitar echar de menos a la persona que era entonces, porque, desde luego, era muchísimo más feliz. 

lunes, 24 de abril de 2017

Silencios.

Soy de las personas que adoran los silencios. Me encanta estar en lugares en los que se puede oír el volar de una mosca, el ruido que hace el bolígrafo cuando se pasea por el papel, la respiración de la persona que tienes al lado. 

Pero, sin duda alguna, mis silencios favoritos son aquellos que lo dicen todo. Esos silencios que se forman entre dos personas, pero que no son en absoluto incómodos. Esos momentos en los que no hace falta decir nada, en los que la voz calla para que hablen las miradas, los gestos... 

Aunque tal vez no es que me encante este tipo de silencio. Igual me gusta mucho más la persona que me los regala....

domingo, 23 de abril de 2017

Éramos ricos.

Muchas veces recuerdo que, cuando era niña, me quejaba porque había otros a mi alrededor que tenían más juguetes que yo o porque sus padres los consentían más. Qué tonta era... Por aquel entonces tenía muchas más cosas de las que voy a llegar a tener en toda mi vida. 

Lo noto sobre todo en las cenas de navidad. Ahora empieza a haber sillas vacías, empiezan a faltar risas, conversaciones... En definitiva, empiezan a faltar todas aquellas cosas que hacían especiales esas fechas. 

Lo peor es darte cuenta de que cuando creces, todo cambia. Y cuando se mira hacia atrás, te das cuenta de que ya tenías todo lo que necesitabas para ser feliz. Pero ya es demasiado tarde, y solo queda conformarse con los recuerdos. Sin duda alguna, éramos ricos y no lo sabíamos. 

sábado, 22 de abril de 2017

A veces hay que perderse.

Soy del tipo de persona a la que le encanta perderse. Porque siempre que me pierdo acabo encontrando lugares nuevos, personas, sensaciones... Y, por qué no admitirlo, también acabo encontrándome a mí misma. 

Y es que a veces es necesario perderse, bajar a los más hondos abismos, para poder resurgir con mucha más fuerza, como el ave fénix que resurge de sus cenizas. Eso sí, cuando se sale, no hay nada ni nadie que pueda pararte. 

viernes, 21 de abril de 2017

El tiempo no existe.

Es maravillosa esa sensación de que el tiempo vuela. Cuando no te das cuenta de que los minutos van pasando, sencillamente porque no estás pendiente de que los segundos transcurren. El mundo real pasa a un segundo plano y, cuando te quieres dar cuenta, son casi las tres de la mañana.

Son el tipo de cosas que ocurren cuando estás en buena compañía, tomando una buena taza de café o leyendo un buen libro. Y, al final, son esos momentos los que no llegamos a olvidar nunca, esos momentos en los que el tiempo, simplemente, no existe. 

jueves, 20 de abril de 2017

Jugando con el lenguaje.

Me parece curiosa la manera en la que cambia un titular de prensa cuando se cambia una sola palabra. Recientemente en el telediario vi dos noticias similares, pero con una clara diferencia. Ambas relataban como dos mujeres perdían la vida a manos de sus respectivas parejas. En la primera, el titular era algo así como: una mujer pierde la vida a manos de su pareja. Sin embargo, en la segunda, decía: un inmigrante asesina a su pareja en... 

El lugar es lo de menos, y el hecho es el mismo, pero las noticias son diferentes. Porque en la primera, una mujer pierde la vida, como si fuera algo como unas llaves, que las dejas olvidadas en cualquier rincón y nunca las vuelves a encontrar. Pero en la segunda, la mujer es asesinada, un lenguaje mucho más fuerte y mucho más contundente. 

¿La única diferencia entre una y otra? Que en la segunda noticia el hombre era de otro país, como si por haber nacido en otro lugar sus hechos fueran mucho más atroces. El caso es que dos personas han muerto, y eso ya es irremediable. ¿Qué mas da de dónde fueran los asesinos? El hecho es igual de horrible, aunque se intente disfrazarlo jugando con el lenguaje. 

miércoles, 19 de abril de 2017

Tal y como empezó.

Es extraño volver al lugar en el que vivimos tantas cosas. Los recuerdos se colaban en mi mente sin yo quererlo y sin que pudiera hacer nada para evitarlo. Saber que estabas tan cerca de mí estaba poniendo todo mi ser patas arriba.

Quería coger el teléfono y llamarte, aun a sabiendas de que no lo ibas a contestar. Mis ojos te buscaban ansiosos por las calles, con la estúpida esperanza de que te cruzaras en mi camino, como solías hacerlo antes.

Suspiré y asumí que ya nada va a ser como era antes. Porque como decía Neruda, nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Sin que nos diéramos cuenta, nos alejamos, nos distanciamos, dejamos escapar todo aquello que teníamos. Y así, tal y como empezó, acabó todo.

martes, 18 de abril de 2017

Tenía que demostrarle.

Lo había vuelto a ver, y eso había sido un enorme palo para mí, no podía negarlo. Pero no por eso iba a dejar que me viera hundida. Volví a hacer mi vida, tal y como la hacía antes de que él se cruzara en mi camino.

Tenía que demostrarle y demostrarme a mí misma que podía seguir viviendo sin él. Como si lo que pasamos juntos nunca hubiera existido.

lunes, 17 de abril de 2017

Ya se solucionará el problema.

Dicen que en la guerra y en el amor todo vale, pero hoy no voy a hablar de amor. Detrás de las guerras siempre hay intereses ocultos, muchísimo dinero en juego. A los que se hacen ricos con todo esto no les importa pasar por encima de quien sea. Si tiene que morir todo un país, pues que se mueran. 

Que el ser humano es avaro y codicioso no es nada nuevo, y que para conseguir lo que se quiere se puede hacer lo que sea, tampoco. A mí lo que realmente me duele es que, al final, los platos rotos siempre los pagan los mismos. 

No suelen ser los gobernantes los que sufren los horrores de la guerra. Como siempre, son los ciudadanos de a pie, los que no tienen cómo defenderse y a los que es fácil engañar. Mientras toda esta gente muere, los que mandan se llenan la boca diciendo que enviarán ayuda, pero luego volverán a sus casas, a dormir plácidamente, sabiendo que no van a cumplir sus promesas. Nadie va a hacer nada.

Y nosotros, desde nuestras casas, vemos las noticias, nos enteramos de una mínima parte de lo que pasa realmente y escuchamos las cifras de muertos con absoluta indiferencia. ¿Qué más da que haya quien se hace rico con la muerte de tantísimas personas? No somos nosotros los que estamos muriendo, ya se solucionará el problema, si eso... 

domingo, 16 de abril de 2017

Hasta mi memoria me juega malas pasadas.

Después de pensarlo mucho, he llegado a una conclusión. Del tiempo que pasamos juntos, tengo más recuerdos de las cosas que no pasaron. Aunque eso tampoco es del todo cierto. Pasaron a medias. 

Los recuerdos que tengo de los días que pasé a tu lado están completamente idealizados. Son cosas que pasaron, pero estoy segura de que esos momentos no fueron tan perfectos como yo los recuerdo. La memoria y el amor que te tenía han alterado esos recuerdos. Y ahora parece que esos momentos fueron los mejores de mi vida. Ya ni siquiera recuerdo todo el daño que me hiciste.

Me encantaría poder volver atrás y ver cómo fueron realmente las cosas. Porque ya ni de mí misma me puedo fiar. Hasta mi memoria me juega malas pasadas. 

sábado, 15 de abril de 2017

Dicen que el tiempo todo lo cura.

Dicen que el tiempo lo cura todo, que no hay nada que dure eternamente. Pero no... Hay heridas que no curan del todo en toda una vida. Al igual que hay recuerdos que nunca se olvidan. Tal vez van las dos cosas juntas. Recuerdos que no se olvidan, que duelen, heridas que no curan... 

Se puede afirmar que el dolor es algo que sí dura eternamente. Siempre hay un punto de tristeza en los momentos de felicidad, y viceversa. Aunque tendemos a recordar más los malos momentos que los buenos. Es como una especie de enfermedad, y lo más curioso es que nos negamos a curarnos. Nos hacemos daño al dejar que nuestra mente vaya a esos recuerdos y, bueno, ya sabemos cómo es esto del cerebro: si quieres recordar algo, no hay manera de conseguirlo, pero si lo que quieres es olvidar... Entonces estás muy jodido. 

Y es que esas cosas que recordamos y que duelen suelen ser las vivencias que nos marcan, de una manera u otra. Y desde entonces, ya nunca volvemos a ser los mismos.


viernes, 14 de abril de 2017

Fechas que duelen.

Hay fechas que duelen, no por haber tenido un mal día, sino por los recuerdos que se vienen a la mente. Fechas en las que empieza algo importante o que, por el contrario, termina. 

Son días melancólicos. Las horas pasan entre recuerdos y nostalgia. ¡Qué diferente hubiera sido todo si las cosas se hubieran dado de otra manera! ¡Cuántos errores se podrían haber evitado! Pero ya es tarde. Esos tiempos ya pasaron. Y ahora solo hay dos opciones: o bien intentar olvidar, o bien pasarse la vida preguntándose cómo hubieran podido cambiar las cosas. Ninguna de las dos es fácil. ¿Pero qué más se puede hacer? 

Solo queda aprender a vivir con los recuerdos, asumiendo que ya nunca volveremos a ser los mismos, que esos tiempos ya murieron y que es imposible que se vuelvan a repetir. 

jueves, 13 de abril de 2017

La justicia es relativa.

No puedo evitar pensar en lo irónico de la situación cuando oigo al político de turno hablando de justicia. No es que sean, precisamente, los más indicados para opinar al respecto. Es como si le pedimos a un cura que opine sobre una vida sexual plena y libre... 

Es verdad. La justicia es relativa. Lo más justo siempre va a ser lo que más convenga a uno mismo. Pero dejando a un lado el egoísmo, oír que alguien que decide por un montón de gente lo que está bien y lo que está mal habla de justicia es, como poco, paradójico. Al fin y al cabo son ellos los que más injusticias cometen... ¿O a caso es justo estafar a todo un país sin devolver el dinero, sin pena de cárcel o sin una mísera multa mientras la población es cada día más y más pobre? 

Es como si quisieran hacer creer al resto del mundo que no son ellos los que manejan los hilos y que, por consecuencia, nosotros tenemos una opinión libre. Y eso tampoco es justo. 

miércoles, 12 de abril de 2017

Golpes de la vida.

Hace poco me presenté a un concurso de microrrelatos. La temática era libre, pero en alguna parte del escrito debía aparecer la frase ``maldito escalón´´. Puesto que ha pasado el plazo, ya puedo publicarlo por mi cuenta. Espero que os guste:

GOLPES DE LA VIDA


Aceleró el paso. Tenía que llegar 

cuanto antes. Mil y un pensamientos rondaban 

una y otra vez por su mente. ¿De 

dónde venía? ¿Hacia dónde iba? ¿Qué había 

hecho para estar en aquel lugar en aquel 

momento¿ ¿Qué sentido tenía su existencia? 

¿Cómo podría superar las vicisitudes que el 

cruel destino le pusiera por delante? Se 

estaba replanteando su vida entera.


De repente, se dio de bruces contra la 

realidad, o más bien,

contra el suelo.

-Maldito escalón-se dijo.



martes, 11 de abril de 2017

Una gran putada.

Perder a alguien porque te deja es una putada. Pero perder a alguien porque, simplemente, a la vida le apetece arrebatártelo, eso si que es una gran putada. 

A veces es así. Cuando mejor van las cosas esa persona a la que más se quiere se esfuma, desaparece, se muere... Y tú te quedas ahí, con ese vacío en el pecho y en la vida, completamente perdido, sin saber muy bien cómo manejar la situación. Los hay que se tiran a la bebida o a las drogas en un intento desesperado de olvidarse de su mierda de realidad. También hay gente que empieza a hacer algo productivo con sus vidas. Aunque, en todo caso, sigue siendo una gran putada. 

lunes, 10 de abril de 2017

Por esa mirada tuya.

Es curioso. A veces te veo por la calle y siempre finjo que no te veo o, directamente, huyo de ti como una cobarde alimaña. Pero en realidad, me muero de ganas por que te acerques a hablar conmigo, o que, simplemente, me digas hola... Después, me regaño a mí misma por no haber tenido el valor, por no haberme atrevido a saludarte, a preguntarte qué tal te va la vida. Tampoco es para tanto. No me estoy obligando a decirte cuánto me gustas y que quiero pasar el resto de mi vida contigo... 

Será esa mirada tuya que tanto me gusta y, que al mismo tiempo, tanto me intimida. Por miedo a enfrentarme a tus ojos, ni siquiera me atrevo a darte los buenos días... 

domingo, 9 de abril de 2017

La chica que bailaba.

Para el resto del mundo, ella solo era una mujer que bailaba por dinero, que se subía encima de un mugroso escenario para mover su cuerpo, haciendo que todos los hombres babearan viendo cómo sus caderas cortaban el aire. Para el resto del mundo, su piel de porcelana solo era una ilusión que desaparecía si alguien se atrevía a ponerle un dedo encima. Era verdad que todo aquel que la veía bailar solo podía pensar en pasar una noche con ella, soñar con una sola caricia suya. Aunque la cruda realidad era que nadie la veía como una persona, con sentimientos y sueños. Solo era la chica que bailaba en aquel antro y con la que imaginar una noche de pasión perfecta. Luego todos esos hombres volvían a sus casas, con sus familias, y si la recordaban no era para nada bueno.

Pero él no. Él era diferente. Él no había podido evitar enamorarse de esa ilusión. Cada noche imaginaba que en aquel horrible antro estaba él solo y que ella se movía solo para él.

Él no soñaba con una noche de pasión con aquella pobre chica que bailaba para hacer babear a todo el que la viera. Él era mucho más ambicioso. Tenía la esperanza de poder pasar su vida entera con ella. 

sábado, 8 de abril de 2017

Si te hubiese obligado a odiarme.

Hay personas que han podido hacer lo que les daba la gana durante toda la vida, sin ningún tipo de restricción por parte de nadie. Personas que han podido vivir completamente libres, sin que nadie pudiera cortarles las alas. Si se les ordena hacer algo en concreto, harán justamente lo contrario.

Tal vez eso me ocurrió contigo. Tal vez, inconscientemente, te obligué a amarme tanto como yo te amaba a ti. Y, solo tal vez, por eso llegaste a odiarme tanto, sin razón aparente. 

Ahora tengo toda la vida para preguntarme: si te hubiese obligado a odiarme, ¿hubieras muerto de amor por mí?

viernes, 7 de abril de 2017

Delicadas flores y príncipes azules.

El amor no es siempre tan bonito como lo pintan. El felices para siempre de los cuentos no existe, admitámoslo. Pero tampoco hay que confundirse. Cuando la relación se basa en controlar a alguna de las dos partes, eso ya no es amor. 

En lo que llevamos de año, van asesinadas más de veinte mujeres por violencia de género en nuestro país. No quiero imaginar cuántas han muerto a nivel global. Como suele ocurrir en estos casos, la gente mira para otro lado. No me puedo creer que los vecinos no tengan ni idea de lo que está pasando en el piso de al lado. Pero bueno, lo que no se ve directamente no existe. Como si con eso se solucionara el problema. Aunque también existen héroes anónimos que dan un paso al frente y que se atreven a denunciar los malos tratos, aunque no les esté ocurriendo en carne propia o a algún ser querido.

Pero claro, esto es así. Desde pequeños, inconscientemente, nos meten en la cabeza que las mujeres tenemos que ser delicadas flores y que los hombres deben ser los que nos protegen, los que nos consienten, los príncipes azules perfectos... Pero las mujeres no siempre somos flores delicadas, hay veces que nos convertimos en plantas venenosas. Y a lo que a los hombres se refiere, de ser un príncipe azul de cuento a ser un tirano no hay más que un paso.  

Tampoco quiero decir que no haya hombres que sufran malos tratos. Estoy segura de que los hay. Pero claro... ¿Cómo va a poder un hombre admitir que su mujer lo maltrata? ¿Cómo va a admitir un macho que una delicada flor se dedica a hacerle la vida imposible? 

Para mal de unos o de otros, los prejuicios y lo que se supone que tiene que ser siguen muy presentes en nuestras vidas. Por ello, me gustaría hacer un llamamiento a todos los padres del mundo: dejen de criar florecillas delicadas y príncipes azules. Ya estamos viendo que eso no funciona... 

jueves, 6 de abril de 2017

Típicos graciosillos.

Los chistes en las redes sociales es un tema que está al día. Casi todo el mundo ha intentado hacerse el gracioso en su cuenta de Twiter, Facebook, Instagram y demás. Me pregunto dónde está el límite. ¿Cuándo un chiste empieza a ser de mal gusto? ¿Y cuándo empieza a enaltecer al terrorismo? ¿Cuándo empieza a ser motivo para acabar en los tribunales?

He escuchado que se está imputando a personas por hacer chistes sobre Carrero Blanco, sobre ETA, y demás temas de los que no se quiere hablar. Algo muy parecido a lo que pasó con el caso de los titiriteros. Es verdad, está mal reírse de las desgracias ajenas, pero dejando a un lado la moralidad y lo políticamente correcto, hay muchos de esos chistes que son realmente originales.

Decir que alguien que sube un chiste sobre terrorismo a las redes sociales lo hace para radicalizar a todas las personas que lo vean me parece absurdo. Es llevar las cosas al extremo. Darle demasiada importancia a algo que tiene menos prioridad. En todo caso, me parece irónico que los que denuncian estos actos no suelen ser los propios afectados, sino los que deciden lo que está bien y lo que está mal. Son como el típico niño de colegio que se tiene que meter en todo, y no para intentar solucionar el problema, sino para meter mierda en cuanto tiene la oportunidad. 

Pero claro, es mucho más fácil hacer parecer delincuente a alguien que lo único que quiere es conseguir sus cinco minutos de fama, de una manera más o menos correcta, y, de este modo, desviar la atención de los que son delincuentes con todas las letras. Así, mientras estemos entretenidos pensando en otra cosa, todo está bajo control...  

miércoles, 5 de abril de 2017

Siempre es mejor cometer errores.

El miedo... Curiosa emoción. Se supone que es lo que se ocupa de protegernos, lo que nos impide saltar al vacío al estar al borde de un precipicio, por ejemplo. 

Pero no siempre es así. El miedo también nos hace cometer las peores locuras. Cuando tememos equivocarnos, cuando tememos perder a alguien... Son solo ejemplos. Paradójicamente, lo que se supone que tiene que mantenernos a salvo es, muchas veces, lo que nos lanza a ese vacío al que tanto pavor le tenemos. 

También puede suceder lo contrario. Aquello a lo que le tenemos tanto miedo puede ser lo mejor que nos pasa en la vida. ¿Cuánto miedo a lo desconocido y cuánta gente que investiga y descubre cosas que ayudan a toda la humanidad?

Aunque, aún así, el miedo es traicionero, al igual que muchas personas. Para bien o para mal, nunca hay que fiarse, pero sí enfrentarse. Siempre es mejor cometer errores que quedarse con la duda... 

martes, 4 de abril de 2017

Esta verdad dolía tanto...

Me engañó, como a una tonta. Aunque la culpa fue mía. Mi estúpida necesidad de creerle hizo que cayera en su juego. 

Creo que en el fondo sabía lo que estaba pasando. Intuía que él no me quería, que nunca me iba a querer. Al menos no del mismo modo en el que lo quería yo a él. Aunque era tan fácil engañarse... Mucho más sencillo que admitir la cruda realidad. 

Pero, al final, todo cae por su propio peso. Las mentiras no pueden ocultarse durante toda la vida y la verdad siempre acaba saliendo a la luz. Y esta verdad dolía tanto... 

lunes, 3 de abril de 2017

Un ladrón es un ladrón.

No hace mucho, mi abuela me contó lo que le pasó el pasado domingo mientras estaba en misa. Al parecer había llegado la hora de pasar el cepillo y una señora ya entrada en años, al ver que alguien había echado un billete, ni corta ni perezosa, mete la mano en la bolsa, lo saca y se lo mete disimuladamente en el bolsillo. Menudo escándalo, ¿no? Pues aunque muchos lo vieron, nadie hizo absolutamente nada. La señora se fue de rositas con el billete en el bolsillo. ¿No les resulta familiar?

Me pregunto en qué piensa este tipo de gente. En teoría, las personas que van a misa es porque creen en Dios y porque comparten sus doctrinas. En la religión católica, como en general, en casi todas las religiones, robar es pecado. ¿Robar en la casa de Dios qué es? ¿Pecado al cuadrado?

Así va el mundo... Si las señoras, aparentemente inocentes, que van a misa se dedican a robar un mísero billete del cepillo de la iglesia, ¿qué no harán los que tienen oportunidad de robar millones sin ningún tipo de consecuencia? Una coma mal puesta, un cero de menos, todo cuadrado y lo que sobra para el bolsillo. Perdón. Me he equivocado. Los que roban desde un despacho no son ladrones, solo se apropian indebidamente del dinero que ``sobra´´. Mientras que en las calles hay gente que tiene serias dificultades para salir adelante. 

Perdonen que les diga. Un ladrón va a seguir siendo un ladrón, ya robe en la iglesia, en el supermercado, robe un bolso o se apropie indebidamente del dinero que ``sobra´´ en las arcas del estado. La diferencia entre uno y otro es que los más peligrosos suelen ser los que parecen más inofensivos porque a simple vista parecen majos, tendrían que ser honrados y se supone que lo que quieren es hacerte la vida un poco más fácil. Suelen ser los que llevan traje y trabajan en una oficina, manejando la vida de todo un país. 

A estos últimos también les pasa como a las señoras que roban los billetes del cepillo de la iglesia. Como nadie se queja, se van a  su casa con toda tranquilidad, con el dinero en sus bolsillos o en algún paraíso fiscal. 




domingo, 2 de abril de 2017

Causas olvidadas.

Recientemente he visto un reportaje sobre el desastre nuclear que ocurrió en Fukushima. Ya han pasado seis años desde que ocurrió la catástrofe. Personalmente ya ni me acordaba. Como le suele pasar a la gran mayoría de seres humanos con los grandes desastres de la humanidad, los olvidamos con facilidad. ¿Quién se acuerda de lo que ocurrió en Haití? ¿O en Chernovil? Casi nadie. Es verdad que a veces se nos viene a la cabeza, pero por norma general no nos acordamos. 

Cuando ocurren este tipo de desastres, que por desgracia suelen ocurrir en países en los que la gente de a pie apenas tienen recursos, las donaciones a ONGs y demás organizaciones se disparan. De repente a todo el mundo le da por querer ayudar de algún modo. Pero, con el pasar del tiempo, el desastre se olvida, aunque la gente que se ha visto afectada por esas catástrofes sigue teniendo los mismos problemas, si es que no son peores. Cuando van pasando los meses, esos países que antes eran el centro de todas las miradas vuelven a ser invisibles. 

Ayudar está muy bien. Preocuparse por los demás es algo que debería hacer todo el mundo. Tal vez así nuestras vidas serían mucho más fáciles. Pero hay que admitir que hay gente que ayuda buscando un beneficio propio. Hablo de estas personas que hacen donativos para sentirse un poco más útil y un poco mejor consigo mismo. Estas personas que, si aportan algo a cualquier causa, es solo para poder decir lo buena persona que es y lo mucho que ayuda a los que más lo necesitan. Aunque luego se comporte como un verdadero hijo de puta con la gente que les rodea. 

No me malinterpreten. No quiero decir que las donaciones no sean necesarias. Para poder realizar un proyecto, sobre todo si hablamos de uno que pretenda ayudar a muchas personas, se requiere un gran desembolso económico. Pero no seamos tan hipócritas. Con dar un euro o dos para cualquier causa no es suficiente. Si de verdad quieres ayudar, mira a tu alrededor. Hay mucha gente que necesita que lo apoyen, que le den las herramientas necesarias para poder seguir adelante. Personas que lo último que necesitas es que les den dinero. Aunque, por otro lado, salir de casa y trabajar desinteresadamente supone muchísimo esfuerzo. ¿Qué clase de loco podría hacerlo?

Claro, es mucho más fácil mandar un mensaje para ayudar a no sé qué causa, desde el sofá, sin salir de casa, autoengañándose de que con eso se soluciona el problema y que ha sido, precisamente, gracias a nosotros. Casi como si fuéramos los salvadores de toda aquella pobre gente.

Seamos realistas. Hasta que no empecemos a mover el culo del sofá y a salir a la calle para ver qué es lo que está pasando de verdad, no se va a solucionar nunca nada.