jueves, 9 de marzo de 2017

Dos segundos.

Recorrió la poca distancia que nos separaba, pegó su cuerpo al mío y posó sus manos sobre mis caderas. Mi cuerpo empezó a temblar. Mi corazón latía tan rápido que estaba al borde del colapso. El oxígeno empezó a faltarme. Temía que las piernas me fueran a fallar... Nunca había visto sus ojos tan cerca de los míos...

Acercó su rostro al mío, muy lentamente, disfrutando de cada milésima de segundo. Yo solo era capaz de ver sus ojos, esos ojos en los que podía perderme durante horas , acercándose cada vez más y más... Hasta que, finalmente, nuestros labios se juntaron. Me besó como nunca antes nadie me había besado. Con tanta dulzura, con tanta suavidad... 

No sé durante cuanto tiempo estuvieron sus labios sobre los míos. No sé si fueron dos minutos o dos horas... A mí me parecieron tan solo dos segundos...

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