martes, 2 de mayo de 2017

Retrasados.

Una conversación, en un bar cualquiera. Seguro que todos hemos oído algo parecido. Dos personas hablando de alguien que está en el mismo local. Uno de ellos dice algo así como: ``Es que el tipo este es retrasado´´. No solo son las palabras en sí, sino el modo en el que las dice. Como si le diera asco que existan personas así en el mundo. 

Me parece curiosa la manera en la que etiquetamos a las personas, como si con una sola característica pudiéramos definir toda la vida de un ser humano. A los que tienen algún tipo de enfermedad mental los llamamos locos, a los que van en silla de ruedas inválidos, a los que tienen tienen síndrome de Down por ejemplo, retrasados. Y así una larga lista. Otra cosa no, pero el español tiene un lenguaje muy rico para definir lo que no nos gusta o para ofender a otra persona. Sin embargo, hay algunas excepciones. ¿O acaso alguien se atreve a referirse como ``canceroso´´ a alguien que tiene cáncer?  

Tenemos una extraña y enfermiza necesidad de encasillar a las personas de alguna manera. Y lo que no se puede clasificar, directamente, no existe. 

Volviendo al tipo del bar, me sorprende que haya gente tan retrasada, y no hablo de retraso mental. Cada día nos vamos volviendo más retrasados como personas. 

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