lunes, 22 de mayo de 2017

La tecnología.

La tecnología a cambiado nuestras vidas, y quien diga diga lo contrario es que no vive en este planeta. Nos hemos vuelto un poquito más antisociales, aunque nos empeñemos en creer lo contrario. 

Las reuniones familiares, por ejemplo, ya no son lo que eran. En todas las familias hay alguien que vive pegado a su teléfono móvil. Cuando menos te lo esperas, ya está consultando sus redes sociales, haciéndose una foto para compartir con sus amistades (a las cuales tal vez ni siquiera conoce personalmente), colgando cada uno de los pasos que da en su día a día en la red. Si se intenta hablar con esta persona, resulta prácticamente imposible porque ni siquiera levanta la vista de la pantalla. 

Las discusiones también han cambiado. Antes, si había diversidad de opinión respecto a un tema cualquiera, se debatía durante horas si era necesario y se llegaba a alguna conclusión. Ahora, todo se resuelve con una rápida búsqueda en google. Y el resto del día nos queda libre para seguir pegados a nuestros teléfonos móviles.

Además nos saturan con tantísima información. Lo que hace unos años nos parecía una completa barbaridad ahora nos parece completamente normal. Es una noticia más de otras tantas que pululan por la red. Es como si todos los días nos fueran dando pequeños golpes, para que cuando llegue el momento de darnos el tortazo apenas lo notemos. Algo así como una campaña de desensibilización de la población. Cuanta más información tenemos, menos sabemos en realidad. 

No puedo decir que toda la tecnología sea mala. La verdad es que el problema es nuestro. Porque aun con tantos millones de años de evolución, no hemos aprendido a utilizarla. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario